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Hacer Clavijas

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Hacer Clavijas

Imagen: Luis Gilpérez Fraile

Los anclajes son los puntos donde se enganchan los vientos, y es frecuente necesitar de buenos anclajes en el curso de nuestros trabajos. El anclaje más básico es el de clavijas, es decir, una espiga de madera hundida en el suelo.

Para obtener un índice máximo de resistencia a la tracción, la clavija debe estar hundida en el suelo con una inclinación de 45 grados (A) y el viento debe apoyarse lo más posible al suelo, para evitar en lo posible brazos de palanca. Cuando la clavija deba soportar mucha fuerza, una buena solución es clavar otra detrás y unir con un cabo su base a la cabeza de la primera, es decir, aprovechar los brazos de palanca a nuestro favor (B). Pero cuando la fuerza a soportar es tan grande que nos llevaría utilizar clavijas también muy grandes, un anclaje de total garantía es el que describimos en último lugar (C).

Se corta un tronco de grosor y longitud adecuado, y en su centro se fija un cabo con una gaza al final. Se hace una zanja del largo del tronco y algo inclinada con otra zanja más estrecha y perpendicular en su centro. En la zanja grande se introduce el tronco, y por la pequeña se saca la gaza antes de cubrirlo todo de nuevo con la tierra sacada. La gaza que asoma es un magnífico punto de anclaje si se utiliza en la dirección adecuada.

Textos: Mochila y Tienda

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