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Preparar una Ruta

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Preparar una Ruta

Imagen: Mochila y Tienda

Preparar una ruta es una tarea importante antes de aventurarse y echar a andar. Antes de comenzar hay que tomar en cuenta unas sencillas reglas: La duración, la dificultad y las condiciones meteorológicas.

La duración: Determinar el tiempo que va a durar la ruta es importante para saber que cantidad necesitamos de víveres y agua para realizarla. Revisando el plano topográfico buscaremos fuentes que tengamos en mitad del recorrido y de este modo asegurarnos de que no nos falte el agua. Como alimento destacar el consumo de alimentos nutritivos y a su vez poco pesados, como son los frutos secos. Éstos deben ser crudos o tostados pues el exceso de sal nos provocará sed adicional y mayor consumo de agua.

La dificultad: Este punto es decisivo a la hora de plantearse la ruta. Podemos encontrarnos un ruta de paseo sin apenas desnivel; una ruta de desniveles alternos de una dificultad media; o una ruta de alta montaña en la que en algún momento hay que hacer algún paso peligroso. Si sabemos interpretar un poco la lectura de un plano (ver ilustración), fácilmente podremos reconocer el perfil de dificultad de nuestra ruta y saber si es adecuada o debemos modificarla. De todo esto dependerá si podemos llevar a menores a nuestro cargo o no. También debemos conocer nuestras limitaciones y nuestra preparación física para poder elegir entre una ruta suave o una fuerte, pues una vez comenzada podemos ser una carga para el resto del grupo.

Las condiciones meteorológicas: Ni que decir tienen lo que pueden afectar en una ruta. Depende de la estación en la que nos encontremos, deberemos equiparnos adecuadamente, pues puede resultar muy molesto pasar un calor excesivo o un frío extremo, llegando incluso a ser peligroso. Debemos saber que una diferencia de altitud de 1000m de desnivel supone una diferencia aproximada de 10ºC. En montaña no está de más llevar un forro polar y una capa de agua o chubasquero, por si acaso ya que puede haber cambios bruscos de temperatura.

Revisando estas tres reglas y tomando en cuenta su importancia seguro que nuestra ruta se desarrolla con total normalidad y no se convierte en una odisea.

Textos: Mochila y Tienda

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