Redondo
Imagen: Luis Gilpérez Fraile
Cuando se desean unir dos piezas en el mismo sentido, es muchísimo más práctico y seguro hacer dos pequeños amarres, cerca de los extremos, que uno sólo, por largo que se haga en el centro. Sin embargo para mayor claridad en las ilustraciones se ha optado por representarlos con un amarre único.
Este amarre se utilizará cuando las dos piezas a unir tengan una buena superficie de contacto entre sí, es decir, haberlas preparado con un rebaje o cajeado previo que las haga tener mayor ensamble.
Una vez presentadas las piezas, se toma el cabo y se extiende con un seno, algo más largo que la longitud que pensemos dar al amarre en sí (A). Hecho esto, se pasa el firme sobre el chicote y se sigue envolviendo y azocando como se muestra en (B). Cuando se han dado las vueltas que se consideren suficientes, se pasa el chicote por el extremo del seno, que ahora asomará a modo de gaza, y se hala del chicote inicial, de forma que se introduzca dicha gaza y parte del firme bajo las vueltas del amarre. Sin azocar demasiado para no deformar el amarre, se unen ambos chicotes por encima con un Nudo Llano (C).
Como al estar las piezas muy juntas no hay forma de dar vueltas de azoque, el problema se soluciona introduciendo una cuña redonda con un mazo, entre el amarre y las piezas a todo lo largo. El forzar las vueltas con un mayor volumen interior da mucha fuerza al amarre.
Textos: Luis Gilpérez Fraile